Tu muralla me intimida. Me aplasta. Me roba la razón.
Tu muralla me aprieta. Me roba las fuerzas. Me quita mi ser.
Dices no ser de hierro. Pero te escondes en una burbuja de
acero. No sé cómo romperla.
Mira atrás y búscame, ando por ahí, en algún rincón de tu
corazón, en esa esquina que ya no quieres visitar, ahí estoy yo.
No me condenes a vivir sin ti. Perdóname. Perdóname. Perdóname.
Se me ha secado la boca repitiéndolo. Mi eco nadie lo
escucha.
Quisiera cambiar lugares para que entendieras lo que es
vivir condenado a estar sin ti.
Te extraño y te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario